DISCURSOS DE LOS PRESIDENTES EN LA TOMA DE POSESIÓN

viernes, 3 septiembre 2021

Discurso del presidente saliente, D. Dionisio Díaz Fernández;

Hoy es un día para sobre todo para dar gracias.

Gracias a Dios, por habernos concedido estos cinco años al frente de esta noble institución que es la Unión de Hermandades de Jerez.
Gracias por haber podido disfrutar de tres esplendorosas Semanas Santas donde las Cofradías de la ciudad nos permitieron gozar de ellas colaborando en la organización de sus estaciones de penitencia.
Gracias por haber sido nosotros, este consejo, los que el Espíritu Santo ha querido que estemos los dos últimos años tan duros y distintos, dos años con dos suspensiones de las salidas procesionales de nuestras cofradías provocadas como sabéis por la pandemia.
Como dice mi predecesor en el cargo, Pedro Pérez: “nadie está preparado para esto“, y no le falta razón. Normalmente, las personas que se presentan para colaborar en un cargo ya sea al consejo o una junta de gobierno como vosotros, que habéis jurado hoy, o nosotros que terminamos, son cofrades llenos de buena voluntad con más o menos formación en las diferentes áreas de la vida civil o religiosa, pero que siempre ponen al servicio de la Iglesia y de las hermandades lo más preciado que tienen, su tiempo.
Por todo esto, ruego al Santísimo Sacramento por mi amigo Nene y su consejo para que tengan unos años de fructífero servicio a la Iglesia y las hermandades.
Gracias al Señor Obispo por presidir esta Eucaristía; créame si le digo que nos quedamos con las ganas de trabajar con usted, en el poco tiempo que lleva en la Diócesis hemos notado que ha entendido la importancia de las hermandades como vehículo de catequesis para los más alejados y como vínculo de la tradición de la Iglesia en la sociedad actual. Permítame rogarle que de cariño al consejo, a sus miembros como parte de su cuerpo eclesial y apreciará el fruto de las buenas personas que componen las hermandades.

Por todo esto gracias Señor.
Gracias a los hermanos mayores y a sus juntas de gobierno tanto a los que estáis ahora como los que han estado durante los cinco años por vuestra colaboración, apoyo y cariño.
Gracias a todos los que han colaborado con nosotros, pregoneros, artistas, medios de comunicación y todas las personas de buena voluntad que nos han ayudado durante este ciclo.
Gracias a todos los políticos, un grupo muy denostado de nuestra sociedad pero que a nosotros, durante estos años, siempre nos han demostrado su respeto, colaboración y ayuda por engrandecer la Semana Santa de Jerez, sus cofradías y por consiguiente la ciudad, muy especialmente mi agradecimiento a las personas con quien nos ha tocado trabajar de un modo más cercano, nuestro Ayuntamiento encabezado por su alcaldesa de quien siempre hemos tenido una colaboración sincera, plena y eficaz.
Gracias Señor Presidente por concederme estos minutos para dirigirme a los presentes y gracias por ser mi relevo, seguro que no serán fáciles estos próximos años pero con tu entrega y dedicación bajo la protección de la Virgen del Valle y del Cristo de la Expiración llevarás a cabo todos tus proyectos de engrandecer más nuestra Semana Santa.
Gracias a mi familia, a mi mujer Silvia, a mis hijos Marta y Dioni, a mi madre y hermanos los cuales han sido los grandes perdedores de esta aventura al haberles quitado muchas horas de dedicación y haber soportado las chanzas que todo consejo se ve obligado a sufrir, estoy convencido que el Señor os recompensará con la vida eterna. ¡Os quiero!

Por último los más importantes, mis consejeros y asistente eclesiástico D. Jose Manuel, Jaime, Vanesa, Juan, Sergio, Paola, Juan Antonio, Alejandro, Antonio, Sebastian, José Vicente, Orlando, Carlos y Fran y a Joaquín, gracias y mil veces gracias por haber confiado en mí, gracias por vuestra enorme dedicación estos cinco años, pocos saben lo que habéis trabajado, vuestra entrega y devoción por las cofradías, estando siempre dispuestos para servir al Señor con alegría. Gracias de todo corazón.
Por último pedir al Señor Clemencia por mis errores y que Él nos llene a todos de Salud y Esperanza.

Discurso del nuevo presidente, D. Jose Manuel García Cordero;

DISCURSO DE JOSÉ MANUEL GARCÍA CORDERO
Excelentísimo y reverendísimo monseñor don José Rico Pavés, obispo de Asidonia Jerez.
Excelentísima señora doña María del Carmen Sánchez, alcaldesa de mi ciudad de Jerez de la Frontera.
Señora doña María José García Pelayo, diputada nacional.
Ilustrísimos señores representantes del Cabildo Catedral de Jerez.
Señores tenientes de alcaldesa de la ciudad de Jerez.
Señores miembros de la corporación municipal jerezana.
Señor don Joaquín Perea Montilla, delegado diocesano de Hermandades y Cofradías de Asidonia Jerez.
Señor presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías de Cádiz.

Señores expresidentes de la Unión de Hermandades de Jerez.
Señores hermanos mayores de las diferentes Hermandades y Cofradías de Jerez de la Frontera.
Señores representantes de los medios de comunicación presentes en este acto. Queridos amigos cofrades de Jerez de la Frontera.
Señoras y señores, muy buenas noches.
Quiero que sean mis primeras palabras como nuevo presidente del Consejo Directivo de la Unión de Hermandades de Jerez de la Frontera, para usted, don José, nuestro señor obispo, para expresarle con ellas la gratitud que le transmito en nombre de todas y cada una de las Hermandades de la ciudad, por su presencia en esta Eucaristía, que marca un tiempo nuevo en el devenir de las Cofradías jerezanas.
Acabamos de realizar el juramento que nos sitúa desde ahora al frente del trabajo que los cofrades nos han encomendado, para volver a recuperar las emociones que la situación sanitaria nos borró hace ya más de quince meses, y créame que para nosotros supone un inmenso orgullo y una enorme satisfacción, saber que contamos con la cercana presencia de nuestro pastor diocesano, algo que sinceramente guardaremos siempre en nuestros corazones. Muchas gracias, don José
Igualmente, ni qué decir tiene que para nosotros supone también un inmenso honor a la vez que un enorme privilegio, contar en este acto con la presencia de la máxima autoridad civil de la ciudad, nuestra alcaldesa, doña Mamen Sánchez.
Sabes, querida Mamen, que es algo que te agradezco sinceramente en nombre de mi Consejo y en el mío propio, más aún en el comienzo de esta andadura que todos sabemos, será muy complicada porque nos toca salir de la pandemia, aunque todos sabemos también que si permanecemos unidos, podremos llegar cuanto antes a recuperar nuestra tan ansiada y necesaria normalidad.

Hoy comienza a trabajar este nuevo consejo que presido, y lo hace con la misma ilusión y las mismas ganas con que lo hicieron otros tantos grupos de buenos cofrades jerezanos que antes que nosotros pasaron por esta responsabilidad.
Con más o menos aciertos, con más o menos problemas, y con más o menos aceptación, todos y cada uno de los Consejos que nos antecedieron, demostraron siempre su infinito amor y entrega por la Semana Santa de Jerez.
Como es obvio, quiero agradecer de manera especial, el esfuerzo del Consejo saliente aquí presente, un grupo que sin duda no lo ha tenido nada fácil, ya que al trabajo inherente a este organismo, desarrollado con ejemplar entrega durante sus tres primeros años, tuvieron que unir desde el año pasado la situación más complicada de cuantas a lo largo de la historia de nuestra ciudad ha tenido que realizar una Unión de Hermandades, como es la lucha contra las dificultades propias del coronavirus COVID-19.
No cabe duda de que en marzo de 2020 comenzó para todos los cofrades, una situación para la que no nos hallábamos en absoluto preparados, pero gracias a la labor silenciosa de los consejeros que pudieron aportar su grano de arena, y sobre todo, gracias al trabajo denodado de nuestro presidente Dionisio Díaz, quien nunca dudó en ponerse al servicio de monseñor Mazuelos, nuestro anterior obispo, todos pudimos tener al menos un rayo de esperanza durante la Semana Santa, rayo que se multiplicó hasta donde se pudo este mismo año, permitiéndonos vivir una segunda Semana Mayor sin procesiones, pero sin duda mucho más cercana a las emociones de quienes nos sentimos hijos de las cofradías.
Por todo ello, y por vuestra decisiva contribución a lo que Jerez sigue sumando semana a semana desde entonces, nuestra gratitud tiene que ser obligatoria y pública, ya que nunca podremos estar lo suficientemente agradecidos por todo lo que nos habéis entregado con vuestro cariño y esfuerzo.
Nuestras hermandades siempre se han caracterizado por estar a la altura de las circunstancias sociales y económicas. Esto es algo que ha quedado latente de manera especial en los últimos tiempos. Las obras asistenciales, las bolsas de caridad, o los economatos, han atendido durante esta pandemia a los más necesitados y desvalidos, y eso es algo que desde este Consejo seguiremos apoyando, en aras de gestionar y articular cuantas ayudas podamos recabar, para que las hermandades sigan llegando siempre a los más humildes.

Esa será una de nuestras metas, aunque como es obvio, y encontrándonos en el momento actual que vivimos, este Consejo trabajará sin descanso en la defensa del que es uno de los fines principales de nuestras Hermandades, como es el que señalan nuestros Estatutos en la promoción y fomento del culto público interno y externo, a Dios Nuestro Señor y a la Santísima Virgen María.
La Semana Santa no constituye una fecha más en nuestro calendario. Va mucho más allá. Al margen de lo que para cada uno de los cofrades suponga de acercamiento a sus costumbres y tradiciones, así como de reencuentro personal con la fe heredada de sus mayores, para toda la ciudad simboliza el regreso a la luz y a la vida tras los meses de invierno. La primavera forma parte de nuestra esencia y nuestra cultura, y la Semana Santa se convierte cada año en la llave que nos abre la estación que más se identifica con nosotros, y con nuestra historia más íntima.
Por eso, no poder vivir la Semana Santa es algo que nos afecta mucho más de lo que pudiera suponerse. No se trata de sacar cofradías a la calle. No se enmarca en una inmensa hoguera de vanidades. No. La Semana Santa es nuestra forma de vivir. Nuestra manera de gritar que somos hijos del Señor. Y ya son dos años de afonía, que no podemos ni debemos alargar hasta llegar a un tercero.
Si otros ámbitos de la dinámica social ya han alcanzado un cierto grado de normalidad, la Semana Santa tiene que estar a ese mismo nivel, y en esa línea trabajará este Consejo, de la mano responsable de las autoridades competentes, pero con firmeza y determinación, en el deseo de volver a recuperar en 2022 el espacio público que sin duda nos pertenece.
Y otro tema importante en el que queremos trabajar es el Sábado Santo.
Todos en Jerez sabemos, que la estructura de la actual Semana Santa cuenta con un debe al que ya nos toca enfrentarnos, si queremos que, en su conjunto, los misterios de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor lleguen con brillantez a la Gloria de la Sagrada Resurrección, y ese no es otro que el de la ausencia de procesiones en este día.
Una jornada sobre la que en las últimas décadas hemos hablado mucho, pero hemos trabajado poco, haciéndolo además y, en cualquier caso, alejados de nuestra Iglesia Diocesana, cuya primera opinión siempre tiene que ser la que nos indique el camino a seguir.

Entiende este Consejo que la interrupción de los desfiles procesionales entre el Viernes Santo y el Domingo de Resurrección, elimina brillantez al cierre de la Semana Mayor jerezana, y rompe por la mitad el natural reclamo al que también tiene que aspirar una ciudad como la nuestra, empeñada desde hace muchos años en conseguir la certificación de la Semana Santa como de Interés Turístico Internacional.
Para nosotros, los fieles, el Sábado Santo no puede ni deber ser el día de marcharnos a la playa a descansar tras los días de cansancio acumulado. Tiene que ser el día de acompañar a Cristo en su silencio, y a María en su dolor. ¿De qué manera? Sobre eso nos tocará trabajar ahora siguiendo las directrices pastorales que se nos marquen, y conciliando si llegara el caso, las voluntades que nos señalen las hermandades que puedan y quieran participar de este proyecto.
Y como cierre a esta intervención, permitidme ahora intentar ser bien nacido.
Quiero hacerlo, agradeciendo a los hermanos mayores y juntas de gobierno de Jerez, la acogida que nos dieron al presentar nuestro proyecto. Espero sinceramente que juntos volvamos a una Semana Santa lo mas normal posible, así como resolver con fraternidad, todos las dificultades que nos surjan.
También mi agradecimiento a todos los cofrades que nos habéis apoyado de una u otra forma; los que me habéis aconsejado a pesar de que sabéis que algunas veces soy muy cabezota y me cuesta trabajo hacer caso. Gracias por vuestra fidelidad incondicional a cambio de nada durante estos meses. Sabéis que siempre tendréis en mí un amigo sincero, porque la vida es un molino, y nunca sabemos cuándo nos podemos necesitar.
Gracias a los miembros de mi Consejo y a los que no habéis seguido en este proyecto por diferentes motivos personales. Gracias por creer en nuestra propuesta, y por ser ambiciosos de cara al trabajo hacia nuestras hermandades, a pesar de los sacrificios que ello requiere. Gracias por vuestro apoyo, y por vuestra confianza desmedida para con este presidente, desde el principio.
Además, no me olvido de vuestras parejas e hijos. Esta es una aventura que ahora comienza, en la que ellos serán sin duda quienes más sufran con nuestra lejanía. Por ello, gracias por su comprensión, y por respetar esas horas en las que nuestra labor nos aparte de casa.

Cómo no, gracias a mis dos ‘Lolas’. Mi mujer y mi hija. A las dos os pido disculpas, porque después de tantos años en ‘El Cristo’, ahora me embarco en otra misión cofradiera, en la que igualmente espero que sepáis aguantar y perdonar mis vacíos y mis ausencias.
También gracias a ti, mamá, por enseñarme y darme ejemplo diario de perdón a los demás, por estar siempre a mi lado, y por tu cariño sin medidas.
Y por último, no podía dejar pasar este momento sin dar gracias a la persona mas especial en mi vida; aquella que marcó mi existencia, que me inculcó los valores de educación y respeto hacia los demás, y que me dio todo lo que hoy soy como persona, como cristiano, y como cofrade. Tú me enseñaste a amar Jerez y a querer y respetar su Semana Santa. Por todo ello, gracias papá. Espero que allí donde estés junto al Cristo, estés orgulloso de que tu hijo, hoy, sea el presidente de la Semana Santa de tu Jerez.
Finalmente, quiero terminar pidiendo a Dios Nuestro Señor, y su Bendita Madre la Santísima Virgen María, Patrona en su advocación de Nuestra Señora de la Merced, que iluminen durante los próximos cinco años, el caminar de este Consejo que desde ya me honro en presidir.
Todo cuanto hagamos, no lo dudéis, será a Mayor Gloria de Dios. ¡Alabado sea Jesús Sacramentado!