Ante los últimos acontecimientos vividos con la Hermandad del Prendimiento y el Obispado de Asidonia-Jerez queremos hacer patente, sin ambages, el respeto a la autoridad y vigilancia que corresponde a nuestro Pastor y desde esa autoridad que está siempre regida por los criterios evangélicos y eclesiales que buscan el bien de la grey, evitando toda arbitrariedad y no buscando su propio interés, sino el bien de los fieles.

Por ello, en los tiempos que vivimos, en los que los ataques a la Iglesia, y por ende a todos los que la integramos, son constantes y directos a la línea de flotación, debemos seguir siempre el Evangelio para ser luz y sustento del mundo. Debemos ser columna que sostiene, y luz que ilumina a una sociedad cansada y apagada, que es empujada cada vez más hacia el consumismo y está más alejada de Dios.

En esta misión, las Hermandades deben ser corrientes vivas de participación y solidaridad, para crear unas condiciones más justas y fraternas en la sociedad.

Es por ello que apelando a los criterios evangélicos citados y, la escasa importancia y consideración -a estos efectos- que tienen los hechos acontecidos y efectuados por la Junta de Gobierno de la Hermandad del Prendimiento, confiamos que nuestro Prelado sabrá atemperar y mediar con el bálsamo de la Misericordia las severas consecuencias producidas para toda esta Junta de Gobierno, por el acto tan irrelevante sucedido.

Que Nuestra Señora de la Merced nos ampare.